Ir al contenido principal

Rusia 2018: Día 4 - Dos potencias se saludan




La cuarta jornada mundialista se inició con el partido menos trascendente: la revelación de Brasil 2014 (Costa Rica) se midió con Serbia. Arrancaron parejos, con situaciones de los dos lados pero sin mucha precisión. De a poco los europeos fueron teniendo cierta supremacía, agigantando la figura del capitán tico, Keylor Navas. En la segunda parte, los de Krstajic se envalentonaron y tuvieron más determinación para buscarlo. Fue a partir de eso que Kolarov clavó un tiro libre bárbaro a los cinco del segundo tiempo. Se materializaba lo que el partido venía mostrando.



Como viene pasando en la mayoría de trámites parejos de esta Copa, el que se encontró en desventaja avanzó con más ganas que fundamento, mientras el aventajado se atrincheró en mayor o menor medida, esperando hacer correr el tiempo o salir de contra. Ambas cosas ocurrieron, ya que los balcánicos primero aguantaron y después tuvieron varias opciones, no concretadas por la impericia de Mitrovic. Los americanos extrañaron la magia de Bryan Ruiz, que tuvo un partido flojo. Fue 1-0 y un paso decisivo para definir la clasificación.

Sobre el mediodía argentino, Alemania prometía un duelo más que interesante ante el turbulento conjunto mexicano. La disciplina teutona y su trabajo a largo plazo parecían estar separados por un abismo respecto al descontrol que se le asignó (por cuestiones extrafutbolísticas) a los norteamericanos.

Pero como el fútbol es un deporte maravilloso, en la cancha se vió algo salido de una dimensión paralela. El Tri preparó un libreto y lo ejecutó perfectamente. Ahogó la circulación alemana y avanzó con sus bloques a pura presión. Así incomodó notoriamente a los campeones del mundo. Primero con una definición de Hirving Lozano que exigió a Neuer. Werner estuvo a punto de convertir, pero no pudo. Ese guiño del azar pareció indicar lo que sucedería a continuación.



México siguió atacando y siendo protagonista. Los de Loew trataban de imponer sus fundamentos, pero no podían. Fue ahí, cuando pasada la media hora, el propio Lozano culminó una contra genial y abrió el partido. Otra vez respondieron los germanos inmediatamente. Un tiro libre de Kroos exigió una volada fenomenal de Ochoa y pegó en el travesaño. Era el día.

El complemento vio a una Alemania furiosa y a los de Osorio algo dubitativos. Draxler y Muller se agrandaron y había olor a empate, pero el correr de los minutos y la ineficacia fueron apagando toda fragancia. El conjunto que llegó a la cita envuelto en polémicas y al borde del escándalo, le ganó al gran y disciplinado campeón.

En el turno final, hizo su aparición el megacandidato Brasil. Enfrente, el duro equipo suizo. No parecía un trámite sencillo, pero si "ganable" para el pentacampeón.

Tras un comienzo parejo, la calidad de Coutinho y una de sus clásicas bombas abrieron el partido. Iban apenas veinte minutos. Bajó la intensidad la verdeamarelha, mientras los helvéticos movían la pelota sin recuperarse del impacto. Tuvo el segundo Thiago Silva, pero se fue cerca. Seguía habiendo partido.



El complemento vio a Brasil tocando sin apuro. Neymar (muy golpeado y sin estar al 100 %) aparecía poco, en cuotas. A los cinco, la sorpresa: En un córner donde sobraron las siestas, Zuber empató. Lejos de conformarse, los de rojo siguieron yendo. La aparente calma de los sudamericanos se esfumó. Chances de Wilian, de Coutinho, pero nada. Entró Firmino y desperdició tres posibilidades. Hubo tiempo para una llegada de Miranda y una salvada de Schar. Sin embargo el empate estaba sellado. Fue 1 a 1 y ni siquiera el predominio en las llegadas le lavó la cara al Scratch.

Debutaron Alemania y Brasil, los dos pesados con más mundiales. Se fueron a tomar una cerveza juntos al final del día, recordando tiempos mejores.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Rusia 2018: Día 2 - Soy ley (enda)

En la segunda jornada de la Copa empezó la acción intensa: tres partidos con matices muy diferentes. Abrieron la jornada Uruguay, candidato a avanzar bastante en la Copa, y Egipto, con la incógnita de Salah en el banco. El equipo de Tabárez, habitualmente incómodo ante la premisa de ser protagonista, pudo tener varias de las mejores chances. Movió la pelota, aunque la cadencia de Bentancur y la impericia de Suárez para definir le estaban costando muy caro. Pese al enorme esfuerzo de Cavani, siempre dispuesto al trabajo sucio, no parecían poder quebrar el orden del equipo de Cúper. Respecto a los africanos, sólo se pudo ver un equipo limitado pero eficaz, que con la estrella del Liverpool podría tener alguna aspiración de alcanzar los octavos. Sin él, parece utópico. Tan complicado estaba Uruguay que hasta Godín debió irse para arriba a encabezar varios ataques, función que no domina pero puede desarrollar con el empuje de su liderazgo. El central del Atlético lo tuvo de cabez

Rusia 2018: Día 1 - Back in the USSR

Comenzó finalmente Rusia 2018. Tras una fiesta corta y la participación de Robbie Williams con varios de sus mayores éxitos, dio inicio la esperada competición. Lo hizo con el que, a priori, parecía uno de los más flojos partidos iniciales que podía tocar. La actuación del equipo local (lejos de sus mejores épocas) contra el siempre anodino equipo de Arabia Saudita no invitaba mucho a la esperanza. Sin embargo, con oportunismo y algo de buen juego, el equipo de Cherchésov se fue al descanso 2-0, tras superar la inoportuna lesión de Dzagoev. En el complemento volvió a marcar Cheryshev (el otro gol había sido de Gazinskiy) y se sumaron Dzyuba y Golovin para decorar la goleada, que además tuvo el plus de los últimos dos tantos (golazos) en tiempo de descuento. El ex jugador del Real Madrid (actual Villarreal) fue elegido MVP por su doblete y despertó las dudas de los hinchas merengues, quienes descubrieron que su club descartó a un tipo que tenía cosas para dar. Esto abre

GASTANDO A CUENTA

Año Segundo Edición Novena. La Selección vapuleó a Venezuela, pero muchos hinchas y gran parte de la prensa creyeron ver una camiseta verdeamarelha enfrente. Argentina acaba de vencer a Venezuela por 4 a 0 hace apenas unas horas. El Monumental hirvió de pasión y griterío de un público masivamente de "Selección" (léase, gente que no siempre va a la cancha a ver a su club o que incluso ni suele ser fiel seguidora de alguno). La gente cantó por Maradona, entonó reproches a Riquelme y hasta se dió el lujo de reinvindicar a Verón, a quien en 2003 se silbaba frente a Chile a más no poder, sindicándolo máximo responsable del fracaso de Corea-Japón. A su vez, se ponderaba al ausente y venerado por ese entonces Topo Gigio. La Selección se impuso con holgura. Messi, heredero por genes y presión mediática de la camiseta mas preciada, metió el primero y se hizo un festín con la endeble defensa vinotinto. Tevez, Maxi Rodriguez y Aguero completaron el trámite. A pesar de la mejoría en esto