Año Uno.
Edición Séptima.
Algo olía raro. No todos tuvieron la capacidad predictiva de verlo venir. Pero en el ambiente se sentía un aroma raro. Demasiadas manos con diversos intereses en una misma ensaladera forman una fragancia nauseabunda.
Es fácil objetar en la derrota, ya que todos los errores se hacen más visibles aún que los cholulos que abundaron en Mar del Plata. Pero algunos deberían no ser pasados por alto como la mayoría de autocríticas de compromiso que se dan apenas consumadas las derrotas dolorosas.
¿Estaba mal cambiar la sede por Nadal? Claro que no, ni tampoco estaba mal basar la estrategia en función de Nadal, ya que nos enfrentabamos al mejor jugador del mundo. La idea de "no cambiar por que sería darle demasiada importancia a un solo jugador" es tan absurda como el triunfalismo post ausencia de Nadal. Tan importante era Nadal que España cambió completamente sin él. El infortunio de haber cambiado la cancha por un jugador que no vino es puramente azaroso.
El tema radica en la superficie elegida. Si sólo se trata de complacer al Rey David aún a riesgo de mermar la producción del resto del equipo, es un error. Uno de tantos que se cometieron y se pudieron evitar con simples intercambios de opiniones en la previa.
¿Estuvo mal Del Potro en ir a Shangai? Sólo él lo sabe. Dependerá de como quiera manejar su carrera y de qué objetivos juzgue prioritarios.
Tampoco puede negársele ese derecho, por que despues de Coria en 2004, nadie puede usar con liviandad el argumento de "ya va a tener otra oportunidad".
¿Estuvo mal barajada la estrategia de Mancini? Estuvo, cuanto menos, desprevenida. No se contempló un plan B que no fuera ganar con Del Potro y Nalbandián y se dejó de lado la busqueda de un doble confiable.
Quizás no fueron errores tan cuestionables, aunque se evidencian mucho contrastandolos con la magnífica labor del capitán español, que supo adaptarse a una terrible pérdida y logró sacar adelante la serie con un escenario altamente adverso (arrancar 0-1)
¿Nalbandián es el líder del equipo? Deportivamente, es incuestionable su labor. Ganó arrasando a Ferrer y pese a perder en dobles, contribuyó como nadie a llegar a dos finales en tres años. Ha jugado lesionado y se ha hecho fuerte en las dificiles. Si ser líder fuese sólo eso, nadie lo objetaría. Pero privilegiar la superficie por una conveniencia individual, generar conflictos por querer una sede que dé mas réditos personales y exigir ganar más que todo el resto junto, lo alejan del accionar de un verdadero líder.
A eso hay que sumarle sus desplantes a la hora de contestar a periodistas y su ausencia post dobles. Esto no significa que Nalbandián no sea jugador para la Davis, de hecho, sin él seria imposible ganarla. Pero no estaría de más revisar esa costumbre tan argentina de catalogar y rotular para llenar espacios vacíos. España no tuvo a su jugador líder y brilló. ¿Por que no aceptar que Nalbandián es un gran jugador sin cargarle una mochila de líder que él no siente?
Tema aparte fue el público. No sólo aquel que asistió al estadio mismo (incluyendo la patética horda de famosos y acaparadores de flashes) sino también el que opina y opinó sin tener mas fundamento que alguna que otra corazonada. ¿Ese favoritismo absurdo no repecutirá de alguna forma en nuestros deportistas? ¿En nuestra impaciencia y poca tolerancia hacia la derrota? Es obvio que una ausencia como la de Nadal nos beneficiaba....pero augurar un trámite ante un equipo como España, ¿no era demasiado?
Todo esto y más pasó en La Feliz, para felicidad de algunos pocos cuyos bolsillos se llenaron lo suficiente como para sufrir menos una derrota dolorosa. El poder político en su máxima expresión, se hizo presente en ésta final. Políticos haciendo lobby, ofreciendo plata que le niegan a sus votantes. Estadios que se construyen sobre la marcha y que ni siquiera estaban al 100 % para albergar un evento tan trascendente. La AAT jugando a sentirse vedette y coqueteando con distintas sedes y llevando a todo su personal, incluso el administrativo, con la plata que gentilmente cedió la provincia de Buenos Aires, que luego de acabar con el hambre, descubrió que le sobraban millones de dólares para invertir en deporte.
La ensaladera olía mal y terminó oliendo peor. En los brazos de los tenistas españoles, probablemente adquiera una fragancia mas pura.
Edición Séptima.
Algo olía raro. No todos tuvieron la capacidad predictiva de verlo venir. Pero en el ambiente se sentía un aroma raro. Demasiadas manos con diversos intereses en una misma ensaladera forman una fragancia nauseabunda.
Es fácil objetar en la derrota, ya que todos los errores se hacen más visibles aún que los cholulos que abundaron en Mar del Plata. Pero algunos deberían no ser pasados por alto como la mayoría de autocríticas de compromiso que se dan apenas consumadas las derrotas dolorosas.
¿Estaba mal cambiar la sede por Nadal? Claro que no, ni tampoco estaba mal basar la estrategia en función de Nadal, ya que nos enfrentabamos al mejor jugador del mundo. La idea de "no cambiar por que sería darle demasiada importancia a un solo jugador" es tan absurda como el triunfalismo post ausencia de Nadal. Tan importante era Nadal que España cambió completamente sin él. El infortunio de haber cambiado la cancha por un jugador que no vino es puramente azaroso.
El tema radica en la superficie elegida. Si sólo se trata de complacer al Rey David aún a riesgo de mermar la producción del resto del equipo, es un error. Uno de tantos que se cometieron y se pudieron evitar con simples intercambios de opiniones en la previa.
¿Estuvo mal Del Potro en ir a Shangai? Sólo él lo sabe. Dependerá de como quiera manejar su carrera y de qué objetivos juzgue prioritarios.
Tampoco puede negársele ese derecho, por que despues de Coria en 2004, nadie puede usar con liviandad el argumento de "ya va a tener otra oportunidad".
¿Estuvo mal barajada la estrategia de Mancini? Estuvo, cuanto menos, desprevenida. No se contempló un plan B que no fuera ganar con Del Potro y Nalbandián y se dejó de lado la busqueda de un doble confiable.
Quizás no fueron errores tan cuestionables, aunque se evidencian mucho contrastandolos con la magnífica labor del capitán español, que supo adaptarse a una terrible pérdida y logró sacar adelante la serie con un escenario altamente adverso (arrancar 0-1)
¿Nalbandián es el líder del equipo? Deportivamente, es incuestionable su labor. Ganó arrasando a Ferrer y pese a perder en dobles, contribuyó como nadie a llegar a dos finales en tres años. Ha jugado lesionado y se ha hecho fuerte en las dificiles. Si ser líder fuese sólo eso, nadie lo objetaría. Pero privilegiar la superficie por una conveniencia individual, generar conflictos por querer una sede que dé mas réditos personales y exigir ganar más que todo el resto junto, lo alejan del accionar de un verdadero líder.
A eso hay que sumarle sus desplantes a la hora de contestar a periodistas y su ausencia post dobles. Esto no significa que Nalbandián no sea jugador para la Davis, de hecho, sin él seria imposible ganarla. Pero no estaría de más revisar esa costumbre tan argentina de catalogar y rotular para llenar espacios vacíos. España no tuvo a su jugador líder y brilló. ¿Por que no aceptar que Nalbandián es un gran jugador sin cargarle una mochila de líder que él no siente?
Tema aparte fue el público. No sólo aquel que asistió al estadio mismo (incluyendo la patética horda de famosos y acaparadores de flashes) sino también el que opina y opinó sin tener mas fundamento que alguna que otra corazonada. ¿Ese favoritismo absurdo no repecutirá de alguna forma en nuestros deportistas? ¿En nuestra impaciencia y poca tolerancia hacia la derrota? Es obvio que una ausencia como la de Nadal nos beneficiaba....pero augurar un trámite ante un equipo como España, ¿no era demasiado?
Todo esto y más pasó en La Feliz, para felicidad de algunos pocos cuyos bolsillos se llenaron lo suficiente como para sufrir menos una derrota dolorosa. El poder político en su máxima expresión, se hizo presente en ésta final. Políticos haciendo lobby, ofreciendo plata que le niegan a sus votantes. Estadios que se construyen sobre la marcha y que ni siquiera estaban al 100 % para albergar un evento tan trascendente. La AAT jugando a sentirse vedette y coqueteando con distintas sedes y llevando a todo su personal, incluso el administrativo, con la plata que gentilmente cedió la provincia de Buenos Aires, que luego de acabar con el hambre, descubrió que le sobraban millones de dólares para invertir en deporte.
La ensaladera olía mal y terminó oliendo peor. En los brazos de los tenistas españoles, probablemente adquiera una fragancia mas pura.
Comentarios