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CLASE (Y) MEDIA

Olé, generador número 1 de conflicto, oficia de inocente vocero de la desmentida de Riquelme (sobre sus dichos del miércoles), cuando todos los hinchas saben perfectamente que no cuestionó a Tevez y que todo "equívoco" en la interpretación de sus dichos proviene de los medios que viven tirándole centros a la dirigencia.

A Riquelme no le importa decir cosas para agradar. Tienen 500.000 tipos que pueden hacer eso. Él va a declarar lo que se le cante, así el 90 % de quienes lo leen, personas que jamás tuvieron una interacción directa con su persona, pueden odiarlo basándose en presunciones, prejuicios, rumores asimilados por comodidad y resentimiento de clase (de éstos sobran, se los suele llamar "macristas")


Más allá de la enorme cantidad de hinchas ajenos que se pretenden validar a partir de sus declaraciones (éstas, algunas otras las eluden magistralmente), nada de lo que dijo El 10 es susceptible de ser malinterpretado. Boca tiene la peor y más ineficaz dirigencia de la historia. Esa que espera un resultado favorable en diciembre para intentar mudarse de La Bombonera, basándose en una supuesta reglamentación que hace necesario un traslado, pero que es falsa. Esa que hace jugar al equipo con remeras de cualquier color, según lo que decida Nike. Esa que le regala la concesión del museo a TyC pero da de baja el voley "porque no da ganancias".

Riquelme, si tuviera ganas de ir a fondo, podría decir que voten a otro candidato y torcer la elección. No lo hace, aunque lo acusen de tener intereses propios. Lo van a acusar siempre, porque es lo fácil. A nadie le interesa corroborar. Es siempre más sencillo encontrar culpables inmediatos a todos los males. Ahora resulta que un tipo que ganó todo en Boca tiene que pedir permiso para expresarse, mientras que un nefasto "presidente" hincha de otros clubes, tiene micrófonos de sobra para faltarle el respeto a él, a Bianchi, al socio y a la historia de la institución.

La bronca generalizada hacia Riquelme descansa en un odio de clase tremendo, que pugna por salir. Que ese "negro con plata" ose cuestionar cierto status quo es inaceptable, como lo fue cuando Tevez quiso ir más allá y se metió con la pobreza en Formosa. Ahí dejó de ser ese "negrito-con plata-de la villa-que se hizo de abajo y nos cae bien mientras no levante demasiado la cabeza".

Otro gran momento de esta semana fue ver a muchos de estos que se quedan afónicos de decirle "negro de mierda" a Román, dándole la razón a Maradona en su ponderación hacia Tevez. Diego, gran depositario de los "negro de mierda" de la clase media argentina, se convirtió de repente en un tipo menos gordo, menos falopero y menos impresentable.



Lo que reconforta es saber de que lado está cada uno. Quienes ponderamos a Riquelme sabemos bien los porqué. Estuvimos en la cancha, conocemos a los protagonistas, sabemos cómo es la realidad y sobre todo, podemos ver quien es quien. Si Riquelme es enorme por lo que hizo en una cancha, que fuera de ella sus enemigos sean impresentables, riignorantes y deseosos de poder como Angelici, Macri, el PRO y el periodismo servil, será imposible alejarnos de su lado.

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