Ir al contenido principal

¿QUE PRETENDE USTED DE MI?

Año Segundo

Edición Undécima


Argentina no sabe que busca, ni cómo buscarlo, ni donde encontrarlo. Brasil pensó el partido lo mínimo indispensable, ejecutó su idea y se llevó todo. Fué un 3-1.



La frase de "La Coca" Sarli todavía resuena en los oídos del astro que está encerrado en su laberinto. La Selección llama a los gritos a su conductor y le pide una idea. Certezas. Realidades.

El otrora burro, Dunga, con su pragmatismo y fantasía en dosis moderadas, le pegó una goleada táctica que es difícil de compensar. Dunga, pese a ir en contra de todo lo preestablecido en Brasil, tiene una idea. Los jugadores saben aplicarla y más aún: CREEN EN ELLA.

Maradona, por su parte, se debate entre arrebatos motivadores, ideas que aglutinan ganas y voluntad, pero no se hace espacio para que el DT que hay en él dilucide un rumbo a seguir.



En el comienzo fué todo de Argentina: Hay que aclarar que en esos veinte minutos no pasó mucho, así que la selección tuvo un "todo" que fué un "apenas". Apenas la pelota, alguna llegada casi sin peligro y remates de lejos, ante las nulas posibilidades de invadir la isla de la fantasía, situada entre los centrales y Julio César.

Con el resultado puesto, cabe pensar si Argentina dominó los primeros minutos o si simplemente Brasil lo dejó hacerlo, parte del engaño del fantasista, que genera una ilusión como acto central de su truco. Dado el desarrollo posterior, se hace difícil creer que los de Dunga no controlaran incluso su supuesta inferioridad.

En cuanto Brasil se lo propuso o incluso antes, se encontró con el gol. Una pésima coordinación entre algunos defensores argentinos (se criticó a Heinze, se lo castigó pero aquellos medios que le pusieron el puntaje más bajo no se rectificaron cuando se supo que la culpa fué de Otamendi o Dominguez y no suya). Luisao cabeceó solo y la mandó a la red. Su cara de incredulidad ante tal oferta lo decía todo.

El partido no cambió sino que cambió el ánimo argentino. Comenzaron algunos nervios que quitaron la (bastante) poca claridad que había. Argentina todavía hacía cuentas cuando entre tantos billetes se le cayó una moneda: Regaló un tiro libre, peligroso, como todos los que se le dan a equipos con formidable juego aéreo como Brasil: ¿Resultado? Múltiples rebotes, todos para los de amarillo y gol de Luis Fabiano. Peor que cualquier presagio de Sanfilippo: 2-0 abajo en treinta minutos.



Antes de reponerse del doble sablazo, Argentina se hizo tiempo para dar otro tiro libre. Esta vez fué un desconocido Mascherano, sacado a pasear una vez más por un intermitente Kaká, que lo bailó con dosis moderadas de su talento. El miedo se apoderó del Gigante de Arroyito, aunque esta vez fué una salvada a puro reflejo de Andújar la que nos dió una mano, ante la eterna falta de efectividad de la defensa local.



Messi y Verón eran las únicas piernas de Argentina que se movían buscando una solución. Pero Argentina tenía las vías cerradas por los extremos, obra de la táctica Made In Dunga, y se repetía en intentos estériles por el medio. La defensa de Brasil solo se limitaba a cerrar caminos.


El entretiempo sólo sirvió para ilusionar con una hazaña que tendría mucho del sentido propio de la palabra. Argentina no tenía ideas para hacer un gol y necesitaba tres, además de que enfrentaba a Brasil en la posición mas cómoda que ésta versión del pentacampeón tiene: La que espera defendiendo mucho y sale de contra.



Dátolo, de partido errático, se vistió de tapa de diario por dos minutos. La defensa de Brasil, quizás confiada por su excesiva solvencia, le dió espacio y Jesús sacó un zurdazo infernal que el enorme Julio César no pudo alcanzar. 1-2 y una esperanza.

Pero no era la noche de Argentina. Antes de poder usar el gol como envión o como nacimiento de un nuevo orden que guíe el partido, Kaká metió un pase gol de crack y Luis Fabiano sólo tuvo que cachetearla ante la salida desesperada de Andújar.



El resto del partido solo permitió el lucimiento del arquero brasileño. Julio César había tapado una gran chance de Maxi Rodriguez en el primer tiempo y luego tapó dos veces ante Diego Milito, quien había entrado, como siempre, con un resultado adverso y cargado de la responsabilidad de ser el salvador.


El resultado desnudó lo que la mayoría sabe y otros tantos pretenden obviar: Argentina, si tiene los mejores jugadores del mundo, no sabe usarlos. Y si no los tiene, tampoco sabe usufructuar lo que posee. El pragmatismo de Dunga, más allá de lo poco atractivo que sea para los brasileños, es incuestionable desde el resultado y desde el compromiso de los jugadores con el proyecto.



Es hora de que que la gente que cuestionó a Basile y los jugadores que no le respondieron por "no tener un plan B", se comprometan con Maradona y le ayuden en conjunto a que ésta Selección lo tenga, luego de lograr indispensablemente tener un plan "A". Ese que faltó en Rosario y que Maradona anda necesitando urgente.

Comentarios

Entradas populares de este blog

CUENTOS DE LOS AÑOS FELICES

La generación que elevó la vara en la selección nacional y llegó a tres finales, cerró su actuación en mundiales. Francia eliminó a Argentina en octavos de final 4-3. Apenas Di María tocó esa última pelota de derecha sin poder desviarla hacia el arco, la derrota anunciada minutos antes se materializó. Al hacerse carne el "dolor de ya no ser" surge irremediablemente la pregunta: ¿qué eramos? Una Argentina empujada por el milagro de superar la primera fase y jaqueada por problemas internos y años de desajustes dirigenciales, se ilusionaba de poder pelearle mano a mano a Francia. Después de todo, se trataba de fútbol, terreno donde el azar se da una vuelta bastante seguido.  El equipo de Deschamps arrancó midiendo el partido, igual que la albiceleste.  Griezmann casi pone el primero con un tiro libre bárbaro que se estrelló en el travesaño.   Se estudiaron unos momentos, hasta que Mbappé decidió que iba a ser su partido: aceleró una marcha más y obligó a Rojo a la t...

Rusia 2018: Día 9 - La agonía no es solo brasilera

La segunda presentación de Brasil invitaba al optimismo. Se esperaba que ante un rival notoriamente inferior pudiera desplegar y concretar todo aquello que el duelo de la primera fecha les había negado. Pero entre su propia impericia, las salvadas providenciales de la defensa costarricense y las manos de Keylos Navas, el Scratch estuvo cerca de quedarse otra vez sin los tres puntos. El alivio llegó tras dos minutos de descuento, cuando Coutinho venció una resistencia que parecía infranqueable. El segundo llegó por parte de Neymar, quien marcó el gol más tardío en una Copa (sin contar tiempos suplementarios). El astro del PSG tuvo un partido complicado, donde se la pasó más peleando con el árbitro (que estuvo muy atento a no dejar que le maneje el partido) que desnivelando. Si bien el dominio brasileño fue indiscutible, los ticos intentaron una salida prolija (cuando pudieron) y tocaron con criterio para intentar asustar. Más de una vez desplegaron los laterales e intentaron forza...

Rusia 2018: Día 11 - Té y café

El segundo domingo de la Copa se inició con un resultado abultado pero que no era capaz de sorprender a nadie. La inexperta y débil Panamá no pudo hacer mucho frente a una Inglaterra encendida y consciente de su superioridad. El hecho de irse al descanso 5-0 arriba fue más significatico que cualquier análisis posterior. En el complemento, el relajo británico más el orden entusiasta de los de Bolillo Gómez disfrazó el cotejo con cierta dosis de paridad que eran un tanto fingidas. Los goles vinieron por parte de Kane (3 que lo colocan como líder en el rubro) Stones (2) y Lingard. El histórico gol de los centroamericanos (primero en este tipo de competiciones) llegó por intermedio de Baloy, quien a partir de este momento es el más veterano en haber convertido en mundiales. En el turno intermedio, Japón y Senegal armaron un partido más que entretenido y parejo. Mané a los once abrió para los africanos, tras un rebote dado por el arquero Kawashima. Eso detuvo el ritmo que venían traye...